¡¡¡UN EQUIPO SIN TECHO,AUNQUE EL TORNEO LE DIO OTRA CHANCE, EL PLANTEL SIGUE MUY GOLPEADO. LOS REFER
- crismtb14
- 31 may 2017
- 3 Min. de lectura
Las caras, largas. El vestuario, en silencio. Y el torneo, más abierto que nunca. El ánimo del plantel todavía sigue por el piso más allá de que el empate en el Ducó haya tomado muchísimo más valor al cierre de la fecha. "Los pibes están fusilados, ¿cómo querés que estén?", le cuenta a Olé una voz autorizada del Mundo Boca, de las pocas personas con acceso VIP a la intimidad del grupo. Y la misma sensación se llevó Daniel Angelici el lunes por la mañana, cuando regresó de su viaje por Europa (para cerrar el arribo de Sampaoli a la Selección) y lo primero que hizo fue pasar por Casa Amarilla a charlar con los jugadores y el cuerpo técnico. "Hay que trabajar mucho en la azotea", confiaron del lado de la dirigencia, sorprendidos por el semblante de los muchachos en estos últimos días.
Aunque el tropezón de River con Central le dio a Boca una vida más, el grupo sigue golpeado, triste, apagado. Y puertas adentro del vestuario se repiten día a día los gestos del sábado en cancha de Huracán. No hay música, no hay bromas, no hay risas ni selfies. Sólo dudas y desconcierto.
El plantel de Boca asume sus culpas, sabe que se metió solito en este berenjenal y que, como dijo Benedetto, no ser campeón sería un "fracaso". Pero también se siente solo. Solo contra el mundo. Contra los rivales y contra la prensa, por más que la bajada de línea de los referentes haya apuntado a no dejarse llevar por lo que se dice en los medios y tomar esta nueva oportunidad que les da la tabla para cerrar el torneo de una vez por todas. La costumbre de quedarse después de hora en el club a ver los programas deportivos del mediodía ya no corre más. La idea es mentalizarse sólo en el partido contra Independiente sin que influya en el ánimo lo que pase con River hoy. Difícil, pero...
La visita del presidente no fue tomada de la misma manera por todos los players. Para algunos trajo el apoyo que hacía falta en un momento clave del campeonato, un sprint final en que los partidos, se sabe, no sólo se resuelven en la cancha. Aunque ningún jugador haya hablado tras el empate con el Globo, ni lo dirá públicamente, creen que a Boca, en condiciones normales, no se le cobran esa clase de penales en plena definición de un campeonato. Para otros pocos la aparición de Angelici fue una manera de "darles de comer a quienes quieren ver mal a Boca", por la repercusión mediática de su visita en medio de una práctica a puertas abiertas. Su presencia, igual, llevó cierta tranquilidad en una de las semanas más agitadas en Boca después del episodio del gas pimienta. Sí, y eso que el equipo sigue primero en la tabla.
En estos últimos días hubo pequeñas charlas entre los jugadores, sobre todo de parte de los más grandes con los demás, los Gago, los Pérez, buscando transmistirle ánimo y confianza al resto. Tratando de hacerse fuertes de la cabeza, juramentándose dejar la piel en estas cuatro finales más allá de que futbolísticamente el equipo se sienta incómodo, que el nuevo sistema de juego no haya prendido, que todo Boca esté obligado a ganar un título que, a esta altura, se creía liquidado.
La tabla todavía juega a favor de Boca, pero no tanto como antes. Si River saca al menos cuatro puntos (va esta noche con Atlético y el domingo en primer turno con el Ciclón), Boca dejará momentáneamente la punta y esa imagen sería fuerte. "Los boludos somos nostros, pero el torneo depende de Boca", sintetizó un jugador . El problema, además de futbolístico, pasa por la cabeza. Es un equipo que no tiene techo.
FUENTE: OLE ARGENTINA

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